Cuando los libros se esconden…
Hace poco pude visitar este edificio acompañado de su arquitecto Rafael Perera, quien mejor que su autor para explicarte la obra. Y la verdad es que, excepto por algunos detalles de la obra que no controló, estaba bastante satisfecho.
Antes de empezar por el edificio, hay que decir que este equipamiento era muy necesario (como en todas las ciudades, si no vives en el centro o en la zona alta cuesta que inviertan) en un barrio con escasez de este tipo de edificios. Cumple con una función social donde se incluyen desde la gente mayor hasta los mas pequeños.
El edificio se sitúa en la entrada a Barcelona por la zona norte, y como ya nos apunto, la estrategia de es esconderse y fusionarse con la montaña colindante fue innovadora respecto a las otras propuestas presentadas en el concurso las cuales se mostraban como una señal de bienvenida.
Volumétricamente, la fachada se retranquea y se quiebra para romper la compacidad y favorecer visuales cruzadas. Una manera de leer unas falsas curvas de nivel para integrarse en la montaña escavada.
La fachada conformada de bandejas de acero inoxidable micro-perforado colocadas de forma aleatoria permite ese juego con las visuales, opacidad desde el exterior y translucido desde el interior, a la vez que sirve de filtro solar y para esconder los paramentos no vidriados.
Otro punto a destacar es el tratamiento de la 5 fachada, la cubierta, que conformada con un manto vegetal consigue ser un pedazo mas de la montaña a la vez que hace que la vista de los altos edificios de alrededor sea un poco mas amable, mas agradecida.
La entrada se sitúa en una plataforma elevada donde hace las veces de punto de encuentro al coincidir con el camino que cruza y que une el colegio, el centro medico y la plaza cercana.
Una vez dentro lo que me sorprendió es que gracias a la luz que entra por ambas fachadas (la principal y la que da al hueco del corte de la montaña). Casi se podría estar sin encender la luz artificial, aunque esto no pasará nunca.
A nivel de distribución interior es bastante coherente colocando los usos generales en planta baja con una sala polivalente fácilmente sectorizable, los más específicos y trabajo interno en primera, e instalaciones en planta segunda.
Recorridos bastante fáciles de leer, con una luminaria que recorre toda la librería de pared que nos lleva hasta el otro extremo. Y a nivel de mobiliario bastante controlado con una gama bastante aceptable sacada de catalogo, con alguna aportación diseñada expresamente.
El único «pero» que nos comento es que la parte de instalaciones de clima no la llego a supervisar y se deja ver en los difusores y toberas que no acaban de encajar en el conjunto, un diseño eficiente supongo que se podría haber integrado en el sistema de sistemas.
En conclusión creo que es un buen edificio conseguido con un presupuesto ajustado, como lo suelen ser los promocionados por la administración pública sino tienes renombre, y que cumple su función con creces.
La ubicación exacta la encontrareis en el mapa.
CuldeSac* 
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